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CATORCE

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CATORCE

Catorce días hace que «Catorce», el nuevo libro de Paula se terminó de imprimir. Me gustan los pequeños detalles, al igual que me gusta jugar con las palabras y los números. Por lo que yo sé, de detalles y palabras Paula va sobrada. Quiero pensar que esa es una de las cosas por las que empatizamos las dos cuando nos conocimos, hace justamente ahora diez años. Ella buscaba una historia que contar en su espacio de los lunes en el Heraldo de Aragón y encontró la mía gracias a una carta al director con la que servidora se desahogada de un desengaño socio-laboral. Es curioso como el tiempo pone todo en perspectiva. Recuerdo que durante aquella entrevista acabó compartiendo conmigo su propia experiencia, su reivindicación sobre la conciliación laboral y la crianza de sus hijas. Tras aquel encuentro ese trauma que yo experimentaba, fruto de mi historia, fue disolviéndose lentamente. Pasaron cuatro años y, no recuerdo muy bien cómo, me enteré que publicaba su primer libro. Lo recuerdo porque coincidió con los inicios de este blog y me lancé a hacerle una pequeña reseña. Ahora me parece una osadía pero, gracias a eso, comenzamos a seguirnos y a leernos en nuestros blogs y comenzamos a tejer una amistad de lecturas y escrituras impregnada de una cierta complicidad ética y social.
Ayer, durante la presentación del libro, jarreaba como hacía tiempo. Utilizo una expresión habitual gracias a mis referentes familiares riojanos. Otra conexión más con Paula. Reyes, la editora, se ilusionaba al comienzo del encuentro entre la escritora y sus lectores adaptando el dicho popular de las novias y que yo voy a aragonizar: «Autora chipiada, autora afortunada». Lo dijo Nacho también, aquello de que la vida había sido generosa con Paula… No deja de ser una constatación de lo que cantaba Jorge Drexler «cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da…» Pues eso. Todos los que, de alguna u otra manera, conocemos a Paula, creo que estaremos de acuerdo en algo, en que ella, en sí misma, es un ser de luz y que, como tal, irradia buenísmo por todos los poros de su piel… y cuando escribe, también.

Tengo la suerte de haber leído ya «Catorce» pero no me atrevo a contar nada más allá de lo que se ha podido decir en las distintas entrevistas de la promoción del libro. La autora habla de su obra como de una novela coral. Confieso que he tenido que buscar lo que significaba, por si acaso lo que suponía no era correcto. Cada vez dudo más de lo que sé o lo que pude aprender en la escuela, pero era lo que imaginaba, una historia contada a través de varios personajes que conocen al protagonista y que, a la vez, cuentan también su propia historia. Una historia que, como la autora explica, podría ser real, pero es inventada. Una historia que acaba por cuestionarnos, por cuestionar la sociedad en que vivimos, que cuestiona muchos mensajes que recibimos a través de las noticias y de las redes sociales, una historia que nos hace pensar porque, como bien definió ayer Paula, la escritura es libertad y, yo añado desde el otro lado, no hay nada que nos haga más libres que la lectura.

Si después de leer esta entrada te animas a leer el libro encontrarás personajes aventureros y soñadores, también personajes comprometidos y sufridores. Según tu edad o experiencia es posible que empatices más con unos que con otros pero me atrevo a decir que ninguno te dejará indiferente. Encontrarás canciones que quizás te suenen o quizás no pero que, por curiosidad, acabarás escuchando e incluso añadiendo a tu playlist de spotify. También encontrarás lugares que, si vives en Zaragoza, seguramente te sonarán pero, además, acabarás viajando a lugares que, como yo, nunca te planteaste visitar pero que, por obra y gracia de la lectura, te da la sensación de que alguna vez incluso pudiste llegar a recorrer. Si eres futbolero, recordarás gestas de algún futbolista conocido y quizás evoques momentos de tu propia historia personal. Incluso a mí, que no llego a la categoría de futbolera, me ha pasado. Es verdad, Paula, el fútbol también forma parte de nuestra cultura, queramos o no. 

Como dice uno de los personajes de esta historia: «si Karim triunfaba en la vida, su éxito compensaría por todos los que se quedaban por el camino». Ojalá la lectura de este libro remueva conciencias que eviten que tantos seres humanos se sigan quedando por el camino.

SUEÑOS DE CHOCOLATE

SUEÑOS DE CHOCOLATE

Hoy debe ser un día especial. Lo sé desde el momento  que he visto que María se pone su delantal limpio, elige un disco, le da al play y, mientras suenan las primeras notas de guitarra de Fragile, comienza a sacar del frigorífico la leche, del segundo estante el azúcar, los sobres de cuajada, la nata y… ¡si!, las tabletas de chocolate.  Tarta de 3 chocolates. Decididamente, es mi preferida. No sé cómo, pero mantengo vagamente el recuerdo de aquel día que la probamos en casa de aquella mujer que vivía cerca de la montaña… No puedo recordar su nombre pero sí que era finales de octubre, cuando el otoño nos regala una de sus mejores postales, con los árboles cada vez más desnudos y las hojas caídas formando esa sorprendente alfombra que nos invita a salir a la calle por última vez antes de que el frio del invierno nos convenza de quedarnos en casa calentitos, tapados por una cálida manta y saboreando una taza de chocolate caliente, mientras suenan los compases de Shape of my heart.

… Ya pasó Navidad, con su turrón de chocolate y esa caja de bombones que siempre aparece  en la mesa el día de Nochebuena y que, a duras penas, llega al día siguiente con alguna pieza todavía dentro. Pasaron muchos días de mantita y taza de chocolate. Luego llegó la primavera, y volvimos a salir al parque, a pasear, a oler el perfume de las flores y a escuchar la algarabía de los niños encorriéndose, disfrutando de la maravillosa libertad de encontrarse sin paredes ni puertas cerradas. Algún  día llovió y nos quedamos en casa. Me gusta quedarme en casa y dejarme atrapar por algún recuerdo de mi niñez, como cuando pedía para merendar un poco de pan con chocolate… y entonces María me trae  una porción de chocolate con una rebanada  de pan.

Hace calor. Puede que ya sea mayo, o junio, o julio… Empieza a llegar gente a casa. No me resultan desconocidos, pero… no consigo recordar cómo se llaman ni quiénes son. Todos se acercan, me achuchan, me dan uno, dos o un montón de besos en la cara y me dicen: “Felicidades Julieta”, “Felicidades mamá”, “Felicidades abuelita”… Durante la comida todos hablan, yo no. No se me ocurre nada que decir. Apenas necesito ya nada, si acaso, que traigan pronto la tarta de chocolate.

 

A veces nos asaltan los fantasmas del futuro. A los que vivimos de alguna manera familiarizados con la enfermedad del alzhéimer nos da por imaginar que algún día puede que nosotros mismos estemos en la misma situación en la que ahora se encuentra esa persona querida y cercana. Porque para entender, cuidar y acompañar a estos enfermos hay que echarle mucha imaginación. Desde el momento que esa persona va dejando poco a poco de ser la que era, desde el momento que resulta imposible entender lo que te trata de explicar, desde el momento que empieza a hacer cosas que nunca imaginaste que llegara a poder hacer, hay que tener mucha imaginación para tratar de descifrar algo de lo que pasa por ese cerebro neurológicamente devastado. El alzhéimer, sencillamente, te va despojando no sólo de la memoria de tu día a día, si no también de casi todas tus habilidades, sociales y personales. Tras observar a mi suegro todos estos años, a mí me gusta imaginar que, con esta enfermedad, lo último que se pierde son esos pequeños placeres primarios y sensoriales, como el frío o el calor, el olor de un paseo por caminos de lavanda o hierbabuena, una canción, el canto de un pájaro o el sonido de las hojas secas al pisar, el tacto suave de una pequeña caricia o sabores intensos como el del chocolate.

El relato del principio lo escribí hace unos años. Me apetecía recuperarlo para este blog y para hoy, especialmente, día mundial del alzhéimer. Confieso que le he dado unas cuantas vueltas hasta dejarlo como lo acabáis de leer. Espero, de alguna manera, contribuir a visibilizar un poquito más a estos enfermos y a sus cuidadores.

 

BENDITA ALERGIA QUE LLEGA CON LA PRIMAVERA

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BENDITA ALERGIA QUE LLEGA CON LA PRIMAVERA

Me gusta tanto la primavera que ni siquiera una molesta alergia ha podido con esas ganas por disfrutar de sus olores y colores. Hace unos días subimos a pasar el día a Jaca y nuestros queridos amigos nos regalaron un paseo hasta el Puente de San Miguel, bordeando la ciudad atestada de turistas y buscando el suave rumor del agua corriendo por el rio Aragón. La noche anterior me acosté con uno de esos nuevos síntomas en mi cuerpo, el picor de garganta, así que por la mañana me tomé una dosis del jarabe que nos quedaba del año pasado y que habían recetado a J que, curiosamente, este año no manifiesta ningún síntoma alérgico primaveral… (suficiente tenemos tiene con los brotes de adolescentitis que le atacan un día sí y otro también).  Lee el resto de esta entrada

PALABRAS Y NUMEROS

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PALABRAS Y NUMEROS

Vuelvo a este blog después de un mes sin publicar y lo primero que me encuentro es que ha cambiado un poquito la plataforma. Os enseñaría como es ahora pero, salvo los que os manejáis con WordPress, al resto os iba  a sonar a chino, así que me ahorro indagar cómo hacerlo. He impreso un pantallazo pero ahora no sé cómo narices ponerlo para que lo veáis, así que no me lío más. Realmente, lo que ahora me apetecía era contar alguna cosa y, si me entretengo buscando y haciendo probatinas para hacer algo nuevo, esta entrada tampoco saldrá a la luz. Probatina… me dice el corrector que esta palabra no está bien escrita, no la reconoce, sin embargo yo la utilizo a menudo en mi lenguaje coloquial. Sobre todo hago probatinas cuando cocino, o cuando chapuceo con el ordenador. Chapucear… mira, esta no me la marca. Sin embargo me parece una palabra tan rara como la otra… Me encantaría tener a mano el diccionario de María Moliner para saber si ella las recogió. Lee el resto de esta entrada

CON H DE HIJOS Y HÉROES

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CON H DE HIJOS Y HÉROES

Comemos en la cocina, como casi siempre. Ya no hace tanto frio fuera y la puerta de la terraza suelo tenerla abierta. De vez en cuando, entre mis quehaceres diarios, me gusta asomarme y perder mi mirada por el horizonte de esa ciudad que se desvanece hacia las afueras. Escuchamos la música del colegio que no vemos pero que sabemos que está. No hay nada como vivir cerca de un cole para comprobar que las hojas del calendario van cayendo. Hace unos días celebrábamos el día de la paz y ya estamos en carnavales. Comentamos, entre risas, los gustos eclécticos del  dj del cole. O tal vez no. Son músicas elegidas para ambientar los disfraces de cada curso. Los de sexto de primaria deben ir de romanos, egipcios o algo así. Lee el resto de esta entrada

DEJARSE QUERER

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DEJARSE QUERER

Hay momentos en la vida en los que hay que dejarse querer y de eso te haces consciente cuando, por ejemplo, llega y te pilla el catarrazo, la gripe o lo que quiera que cada uno tenga. Cuando parece que ya el invierno se atreve a decirnos adiós porque, de repente, te das cuenta y agradeces, ¡vaya que si agradeces!, no tener que encender las luces de tu casa tan temprano. Cuando te enfrascas en febrero pensando que ya te has librado pero… ¡no, no, no! al final sucumbes a los ataques climáticos de la ciclogénesis explosiva y caes, sin remedio, en ese letargo que te proporciona una congestión monumental acompañada de dolores musculares y una suerte de cansancio permanente que sólo te permite hacer…. nada. Porque, por mucho que te empeñes y pienses que puedes con todo… No, no puedes.

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LA VIDA ES UN VIAJE (O ESO DICEN)

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LA VIDA ES UN VIAJE (O ESO DICEN)

Nunca he subido al castillo de Arnedo, sin embargo, me gusta cuando se perfila en el horizonte conforme nos vamos acercando por la carretera. Significa que hemos llegado a destino. Desde hace ya bastante tiempo, es un viaje que tenemos que hacer con una cierta frecuencia. Arnedo no es ni tan siquiera el pueblo de nadie… quiero decir, de nadie de mi familia. Simplemente es el lugar donde ahora vive una tía muy anciana y a la que, cada cierto tiempo, vamos a visitar. Cuando era pequeña y viajaba en coche me mareaba. Lee el resto de esta entrada

LA CHICA DE AYER

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LA CHICA DE AYER

Zaragoza es ciudad de niebla. Cierzo y niebla. El cierzo, a veces, nos vuelve un poco locos y la niebla, casi siempre, melancólicos. Anoche, cuando todos ya dormían y terminaba por apagar la penúltima luz de mi casa, me asomaba a la ventana y comprobaba que una espesa niebla se  instalaba nuevamente fuera, en la calle…

En mi adolescencia no me gustaba ni la lluvia ni la niebla. Me ponía de mal humor. Lee el resto de esta entrada

DE JUEGOS, LIBROS, PELIS Y PARQUES

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DE JUEGOS, LIBROS, PELIS Y PARQUES

Siempre hay un momento en que los niños manifiestan sus sueños de mayores, sobre todo a través de los juegos. Maestras, peluqueros, médicos, astronautas, granjeros, bomberas, policías… Para eso las cajas de Playmobil son una auténtica maravilla y una fuente interminable donde la imaginación hace el resto. Luego, conforme van creciendo y ya no tienen tanto tiempo para jugar, cuando gracias a nuestras diversas y cambiantes leyes de educación (aquí viene cuando me entra la ira, pero como éste pretende ser un post amable, me voy a callar, me voy a callar…, me voy a callar), tienen que empezar a tomar decisiones y elegir asignaturas que, se supone, les ayudan a «enfocarse profesionalmente», comienzan las dudas y los quebraderos de cabeza. Lee el resto de esta entrada

MIS GAFAS DE SOL NUEVAS

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MIS GAFAS DE SOL NUEVAS

El día de mi cumple me regalaron unas gafas de sol que no pude estrenar hasta unos días después. No por nada es que, sin sol ¿para qué necesito unas gafas de sol?  La otra mañana por fin me las puse al salir de casa. Era un día todavía nuboso pero el sol mostraba interés por salir. Fue ponerme las gafas y como que los colores se intensificaron, como que ese sol tantos días esperado salió antes para mi… Y, de repente, una explosión de primavera estalló ante mis ojos. Lee el resto de esta entrada

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Medio de análisis de la geopolítica global

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Carmelitas Descalzas de Cádiz

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Cuento en educación y terapia con Claudine Bernardes

Aquí encontrarás cuentos, actividades e investigaciones que promueven la educación y la terapia por medio de la narrativa. Claudine Bernardes es escritora y especialista en cuentos terapéuticos. Docente de narrativa en terapia en la Clínica Escuela del Instituto IASE con sede en Valencia, España.