Archivo de la categoría: Series

CALIFORNIA

Publicado en
CALIFORNIA

Recuerdo cuando murió Diana de Gales. Estaba de vacaciones en Andorra. Despertamos en el hotel y, con la tele de fondo mientras nos aseábamos, nos enteramos de la noticia. Ese día salíamos de excursión a visitar los pueblos cercanos al otro lado del Pirineo. Recuerdo pasear por una calle estrecha y la puerta abierta de una peluquería desde la que salía la voz de la televisión francesa con la noticia del choque del coche de la princesa en aquel túnel de París. Al lado había una panadería donde entramos a comprar unas baguettes para los bocatas de ese día. Diana no pudo escapar de los paparazzi como nosotros de la noticia. Cuando murió Aretha Franklin estábamos de vacaciones en Cantabria. Era la última tarde por aquellas tierras. Al día siguiente volvíamos a casa. Paseando por el puerto de Santoña recuerdo perfectamente aquel yate desde el que sonaba su carismático «Respect», en plan homenaje, imaginé. De repente cambió el tiempo, comenzó a llover y tuvimos que refugiarnos en un restaurante cercano con olor a anchoa.

Cuando saltó la noticia de la muerte de Kobe Bryant era domingo y estaba acabando de preparar las maletas. Al día siguiente salía nuestro vuelo Barajas-Los Angeles. Esto fue el año pasado, hace justo un año. Anda que no hemos recordado veces ese viaje durante los meses siguientes. Sobre todo porque si hubiéramos elegido la opción B que era ir a ver el musical de Sting en marzo a San Francisco, lo hubiéramos tenido que cancelar. Esta vez estuvimos acertados y elegimos el sobre correcto. Nos llevamos el apartamento en Torrevieja (digo, Santa Mónica) en lugar de la Ruperta.

Del viaje a California recuerdo el altarcillo en memoria de Kobe a la entrada del Teatro Chino, donde las huellas de las estrellas de Hollywood. Como todos los turistas que ese día andábamos por allí, coleccionando estrellas, yo también encendí una vela y recé una pequeña oración por su eterno descanso. También firmamos en un libro de condolencias expuesto junto a una figura a tamaño natural del jugador. ¿Llegaría ese libro a su familia o simplemente formaba parte del decorado «turístico»? Eran los días previos a la ceremonia de los Óscar y empezaba a estar todo el Paseo de la Fama lleno de andamios por lo que no pudimos llegar a fotografiarnos junto a la estrella de Antonio Banderas. La muerte de Kobe la tuvimos presente durante todo el viaje, desde el cartel luminoso, durante el trayecto desde nuestro motel al Pier, a la altura del campo de futbol americano del High School Santa Mónica, alternando la cara de Kobe con la frase «Kobe rest in peace» a los rótulos de los autobuses de L.A. que cambiaban el número de línea por su nombre, «KOBE», en mayúsculas.

Esos días, además de que la marmota Phil predecía en Punxsutawney cuánto tiempo le quedaba al invierno, también tuvo lugar la Super Bowl. Es un país tan, tan grande que te puedes encontrar todos esos eventos a la vez. Vimos la actuación de J.Lo. y Shakira en la tele, tumbados en la cama de la habitación del motel, y luego ya salimos a dar el penúltimo paseo por el Downton and 3rd. Street Promenade buscando una hamburguesería distinta para completar nuestro particular ranking de hamburguesas. Ese día elegimos la típica, típica, con los asientos de skay rojo, las banquetas de la barra también rojas y el resto de decoración en barras blancas y rojas como la bandera americana. En el local de al lado habían sacado una tele gigante a la entrada y vimos cómo ganaban los Kansas City Chiefs. Mientras escribo esto ya no recuerdo contra quien jugaban. Lo he tenido que buscar. Como decía el gran Luis Aragonés, del segundo no se acuerda nadie. Creo que este año han vuelto a llegar a la final, aunque el entendido en la NFL es mi hermano. A nosotros lo que realmente nos gusta es el super show musical.

Del viaje a California también recuerdo el café que nos tomamos haciendo tiempo antes de entrar a la visita guiada de los Warner Studios. Recuerdo que había un dibujo colgado en la pared de un extraño músico que a mí me recordaba un poco la cara el Ecce Homo de Cecilia, la de Borja. Entramos justo cuando acababa su actuación un blues man, a guitarra y voz… No pudimos disfrutar de su música pero el café, en taza, estaba muy bueno. Luego pasamos toda la tarde recorriendo los estudios. Los almacenes y las calles con decorados familiares de películas y series. Entramos en el Club Lux con el piano de Lucifer pero sin su protagonista tocándolo. No pude evitar rozar levemente el buzón de los Johnson de Los Puentes de Madison, me emocioné con el rótulo del Bar de Rick de Casablanca, me fotografié en la mesa del presidente del Ala Oeste, hablando desde el teléfono rojo, contemplamos a través de una vitrina la guitarra de Phoebe de Friends y, finalmente, hicimos como que nos tomábamos un café en el Central Perk en el mismo sofá donde, temporada tras temporada, se sientan sus protagonistas haciéndome reír siempre que la vuelvo a ver.

En el viaje a California también fuimos carcajada en off en una de las sitcom actuales. Aquí un momento del capítulo de ese día. Tras 2 horas de cola conseguimos entrar de público en el rodaje y así conocimos celebridades como la simpática Rita Moreno, actriz secundaria en West Side Story, papel por el que recibió un Óscar, o Norman Lear, el creador de la serie original de los años 70. La de ahora es un remake y resulta que precisamente ese día se acercó a la grabación y le recibieron como si fuera el mismísimo Dios. Cosas de Hollywood.

De mi memoria rescato hoy el largo paseo desde nuestro barrio en Santa Mónica hasta Venice Beach, la ida atravesando calles y más calles con un interminable muestrario de la diversa arquitectura de casas unifamiliares de la zona y la vuelta por el paseo marítimo, con la imagen típica de gente guapa y deportista esculpiendo sus cuerpos al sol de finales del enero californiano. Ni lo sé cuántos kilómetros a pie hicimos ese día. También recuerdo los rascacielos del centro de negocios de la ciudad de L.A. ¡Menudo contraste con la imagen anterior! Y la ilusión que me hizo encontrar la biblioteca pública, un edificio con una torre muy peculiar en medio de los rascacielos, y el mal cuerpo que se me quedó cuando vi que uno de los libros que devolvían era una especie de enciclopedia de armas de fuego.

La visita a la Villa Getty en Malibú y la videollamada que hicimos desde allí a casa enseñando las Converse que me compré el día anterior en un enorme outlet. La visita ese mismo día al Getty Center, donde también me hizo ilusión encontrar expuesto un cuadro de Goya. Los almuerzos en el Rae’s Restaurant. La fila para coger el autobús que nos subía al Observatorio Griffith y la exclamación de la señora, cuando nos dimos un beso, en medio de la foto que le pedimos, con las luces de la ciudad de fondo. Esa otra señora, típica americana, compañera de asiento en el mini-concierto de Sting después del musical, queriendo ser amable y diciéndome que le encantaba mi bolso…

Cuando un maldito virus, además de arrebatarnos a demasiadas personas en todo el mundo y meternos el miedo en el cuerpo, no nos deja viajar con libertad, tenemos que tirar de recuerdos y eso es lo que he hecho yo esta tarde. Espero que os haya gustado.

BESOS CON MASCARILLA

Publicado en
BESOS CON MASCARILLA

Se acaba 2020. El año en el que he aprendido a dar besos con una mascarilla por medio… Bueno, realmente, dos mascarillas por medio. No es lo mismo, desde luego, pero lo que importa es el impulso, el deseo. Y si una vez metidos en el ascensor, JL y yo, volviendo a casa juntos, nos sale darnos un beso, porque sí, porque nos queremos, pues nos lo damos con la mascarilla puesta, porque ya nos hemos acostumbrado a no quitárnosla hasta que estamos dentro de casa. No ha sido fácil llegar hasta aquí. A quien me lea se le ocurrirán mil detalles más… Los míos me los guardo y seguro que al leerme pensarás en los tuyos propios… Ahí se quedan. Sigamos con el hilo de la mascarilla.

En marzo tuvimos que aprender todo, a saber cómo ponerlas, a saber qué lado era el bueno, a ajustarla bien a la nariz…. Bueno, hay gente que todavía no ha aprendido y la sigue llevando debajo de la nariz, que es como si no la llevara… Como decía mi querido, y siempre recordado, amigo Marco: «selección natural»… Yo no soy así pero es que, cuando ves según qué imágenes por la calle, como los contenedores a rebosar de basura al día siguiente de Navidad o las mascarillas utilizadas tiradas por el suelo, cada vez tengo más dudas sobre si la humanidad, así, en términos generales, tiene remedio…

El caso es que aquí estamos. Hemos llegado a este fin de año en el que todo el mundo estamos de acuerdo en algo, en que deseamos que acabe cuánto antes, cuando ni siquiera sabemos lo que nos pueda deparar el que viene, como bien me decía ayer mismo mi hijo J. Pero la ilusión y la esperanza ahí siguen. Siempre se desea que el futuro sea un poco mejor que el presente, aunque luego nos demos de bruces con la realidad. Lo extraordinario de este año es que ese sentimiento lo hemos tenido todo el mundo a la vez… En la vida de cualquier persona tocan años mejores y peores. Yo misma no hace tanto, y si rebusco en el fondo de este blog que ya tiene unas cuantas páginas escritas, seguro que encuentro esas despedidas de año que acumulan un importante deseo de dejar atrás momentos malos pero a la vez mantienen la ilusión por lo bueno que esté por llegar.

Carpe diem. Cada vez lo tengo más claro. Disfrutemos del presente, de las cosas sencillas, de las risas alrededor de una mesa con tu pequeña familia reunida un año más, con pcr’s negativas por medio y miles de anécdotas que contar. Compartamos mensajes a través de WhatsApp o hagamos video-llamadas. En grupos antiguos y nuevos, porque siempre hay caminos por recorrer y en esos miles de caminos e incluso cruces de caminos, siempre encuentras y reencuentras gente con la que descubres alguna conexión que hace que te acuerdes de ella para felicitar y desear una Feliz Navidad.

Y a pesar de lo que decía en el segundo párrafo sobre el futuro de la humanidad, necesito creer y reivindicar aspectos importantes de nuestra sociedad como es la ciencia. Necesito creer en esas personas generosas e inteligentes que estudian e investigan, en unas condiciones laborables difíciles e injustamente poco valoradas, para buscar antídotos que hagan frente a los malditos virus que hacen que todo, absolutamente todo, se paralice y, lo peor de todo, que matan millones de personas en todo el mundo antes de tiempo. Y quiero que llegue ese pinchazo que me inocule algo de confianza para no tener miedo a contagiar… Porque a mí, si me paro a pensar, lo que de verdad me aterroriza es llegar a contagiar… Por eso me contengo y no le doy ese abrazo a mi madre que tantas ganas tengo de darle y lo sustituyo por una mirada cargada de amor y gratitud, por esa fortaleza que nos demuestra día a día y por ser la madre más maravillosa del mundo.

Y si algo he de contagiar, que sea la alegría de sentirme viva (a pesar de achaques inoportunos), de tener ilusión por seguir caminando y encontrando gente a la que acompañar o de la que dejarme acompañar, de decir sí a planes imprevistos con un buen chocolate con churros por medio, de hablar sin descanso de la última serie que me ha entusiasmado, del último libro que me ha atrapado, de la ya adictiva columna quincenal de Lea o de la última canción que me ha hecho llorar y bailar a la par.

Así que, aunque nos dé cierto repelús al escucharlo y, aunque lo deseamos de corazón, nos lleguemos a sentir un poquito escarmentados… ¡Feliz 2021 y que pronto nos podamos dar todos esos besos y abrazos que tenemos pendientes!

Foto de Personas creado por kroshka__nastya – www.freepik.es

GEOPOL 21 antig

Medio de análisis de la geopolítica global

Francisco Yagüe Ágreda

Un espacio para la reflexión y la opinión

Comentarios en: Sobre encargos y expectativas

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

MUJERES QUE HACEN LA HISTORIA - BREVES BIOGRAFIAS

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Sin salir de la comarca

Planes en la Comarca Central de Aragón

Carmelitas Descalzas de Cádiz

Monasterio del Santísimo Corpus Christi y San José de Cádiz

Pinceles de Papel

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Poemas del Alma

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Antonio Muñoz Molina

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

el mono espabilado

blog de pedro guerra

Notas desde algún lugar

Londres y más allá

Tócala otra vez, Sam

El blog de Chema González

El Blog de Pepa Torres Pérez

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Cuento en educación y terapia con Claudine Bernardes

Aquí encontrarás cuentos, actividades e investigaciones que promueven la educación y la terapia por medio de la narrativa. Claudine Bernardes es escritora y especialista en cuentos terapéuticos. Docente de narrativa en terapia en la Clínica Escuela del Instituto IASE con sede en Valencia, España.