Archivo de la categoría: Música

QUE NO PARE LA MÚSICA

Publicado en
QUE NO PARE LA MÚSICA

Que no pare la música. Es la frase elegida por un conocido festival de verano del sur de España para promocionar sus actuaciones. Me fijé ayer en un anuncio en la tele. Siempre me ha parecido que este festival, por su enclave o por el precio de las entradas, era un pelín «exclusivo», como para gente guapa y bronceada (y con perricas en el bolsillo). También sospecho que son ese tipo de eventos masivos, con mogollón de gente, por eso el verano pasado cancelaron los conciertos y éste han vuelto a recuperarlos, añadiendo grupos que se vuelven a juntar después de haber partido peras hace ya 20 años… ¡Ay, la nostalgia de los años mozos! A pesar del atractivo de los artistas del programa de este año, definitivamente, no creo que me vean por allí. El verano pasado, sin cierres perimetrales autónomos, cuando todavía podíamos viajar con cierta libertad, disfruté de un par de conciertos, organizados por la diputación de Huesca, en plena naturaleza. No negaré que lo de mantener la distancia de seguridad era un poco extraño en este tipo de experiencia, pero tenía ese otro tono de «exclusividad» al que, en este caso, sí me podría acostumbrar. En uno de esos conciertos, en un valle preciosísimo del Pirineo, en una tarde amenazando tormenta (como es lo habitual en ese lugar), tumbados en mantas color verde esperanza, en medio de un campo sin segar, entendí lo que es disfrutar de verdad de cualquier pequeño momento que nos proporciona la vida.

Como disfruté hace unas semanas volviendo al Auditorio de Zaragoza. Los responsables de este espacio, para apaciguar el miedo de la gente, remarcan constantemente lo de que se extreman las medidas de seguridad. En este caso, casi rayando el exceso, porque ni siquiera dejan sentar juntos a una misma unidad familiar. Una muestra más de que esta pandemia nos ha pillado totalmente descolocados y que nadie tiene la absoluta certeza de que, lo que se está haciendo, se está haciendo del todo bien. Nada nuevo, por otro lado, creo yo. Aún con el inconveniente de la separación, por un asiento, de mi acompañante, he de confesar que volver a escuchar el sonido perfecto de toda una orquesta durante hora y pico, fue un bálsamo para mi alma. Me emocioné desde el minuto uno cuando aparecieron los músicos y comenzaron a afinar sus instrumentos. Hay algo mágico e hipnótico en toda esa ceremonia que hace que los espectadores poco a poco vayan callando y se haga el completo silencio para que el comienzo del concierto resulte todavía más impresionante. Pensé que mi corazón se salía del cuerpo. Nunca lo había experimentado con tanta intensidad. Creo que las ganas de volver a recuperar este tipo de experiencias tuvieron gran parte de culpa.

Cuenta Alice Sommer, en uno de los documentales que podemos encontrar en la red sobre su longeva vida, que «es muy curioso como la música afecta al alma del ser humano». Así es, Alice. No conozco a nadie que si le preguntas por la banda sonora de su vida no te sepa contestar. Ya desde pequeñitos, siendo todavía bebes, seguro que alguien nos ha mecido alguna vez al son de una nana. Luego llegan los dibujos animados. Los de mi generación recordarán fácilmente la sintonía, e incluso la letra, de los Viajes de Willy Fog, la Abeja Maya, D’Artacan, Sanchooooo-Quijote, Quijote-Sancho…. ¿Y en la adolescencia? Ahora, con Spotify, es facilísimo bucear y bucear descubriendo nuevos géneros pero antes de esta plataformas también lo hacíamos, hasta encontrar aquello con lo que más nos identificábamos. A lo largo de la vida cambian nuestros gustos musicales, o no. Lo que está claro es que la música nunca deja de acompañarnos. Anuncios en la tele, series, películas… ¿Quién no canturrea o silba cuando está haciendo las faenas domésticas o laborales, bajo la ducha o, simplemente, caminando? El cuerpo y la mente nos pide desconectar de nuestros problemas o preocupaciones y entonces nos viene una canción a la cabeza y comenzamos a canturrearla sin darnos cuenta. Puede que luego veamos esos asuntos anteriores de otra manera, o no, pero seguro que por un momento hemos sentido alivio. Sí, Alice, a través de la música es más fácil llegar al bien.

Os dejo con Alice y su interesante charla. Alguna que otra vez ya he contado por aquí mi particular afición por escuchar lo que nos tienen que decir las personas centenarias. Su sabiduría es realmente inspiradora. Tomaros vuestro tiempo, respirar hondo y escucharla. No tiene desperdicio. Luego me contáis.

La foto con la que ilustro este post la saco del Facebook del Festival Sonna Huesca y corresponde al concierto del 15 de Agosto de 2020. Los músicos, Fetén Fetén. Se llaman así, aunque también me parecen ¡fetén, fetén!

BESOS CON MASCARILLA

Publicado en
BESOS CON MASCARILLA

Se acaba 2020. El año en el que he aprendido a dar besos con una mascarilla por medio… Bueno, realmente, dos mascarillas por medio. No es lo mismo, desde luego, pero lo que importa es el impulso, el deseo. Y si una vez metidos en el ascensor, JL y yo, volviendo a casa juntos, nos sale darnos un beso, porque sí, porque nos queremos, pues nos lo damos con la mascarilla puesta, porque ya nos hemos acostumbrado a no quitárnosla hasta que estamos dentro de casa. No ha sido fácil llegar hasta aquí. A quien me lea se le ocurrirán mil detalles más… Los míos me los guardo y seguro que al leerme pensarás en los tuyos propios… Ahí se quedan. Sigamos con el hilo de la mascarilla.

En marzo tuvimos que aprender todo, a saber cómo ponerlas, a saber qué lado era el bueno, a ajustarla bien a la nariz…. Bueno, hay gente que todavía no ha aprendido y la sigue llevando debajo de la nariz, que es como si no la llevara… Como decía mi querido, y siempre recordado, amigo Marco: «selección natural»… Yo no soy así pero es que, cuando ves según qué imágenes por la calle, como los contenedores a rebosar de basura al día siguiente de Navidad o las mascarillas utilizadas tiradas por el suelo, cada vez tengo más dudas sobre si la humanidad, así, en términos generales, tiene remedio…

El caso es que aquí estamos. Hemos llegado a este fin de año en el que todo el mundo estamos de acuerdo en algo, en que deseamos que acabe cuánto antes, cuando ni siquiera sabemos lo que nos pueda deparar el que viene, como bien me decía ayer mismo mi hijo J. Pero la ilusión y la esperanza ahí siguen. Siempre se desea que el futuro sea un poco mejor que el presente, aunque luego nos demos de bruces con la realidad. Lo extraordinario de este año es que ese sentimiento lo hemos tenido todo el mundo a la vez… En la vida de cualquier persona tocan años mejores y peores. Yo misma no hace tanto, y si rebusco en el fondo de este blog que ya tiene unas cuantas páginas escritas, seguro que encuentro esas despedidas de año que acumulan un importante deseo de dejar atrás momentos malos pero a la vez mantienen la ilusión por lo bueno que esté por llegar.

Carpe diem. Cada vez lo tengo más claro. Disfrutemos del presente, de las cosas sencillas, de las risas alrededor de una mesa con tu pequeña familia reunida un año más, con pcr’s negativas por medio y miles de anécdotas que contar. Compartamos mensajes a través de WhatsApp o hagamos video-llamadas. En grupos antiguos y nuevos, porque siempre hay caminos por recorrer y en esos miles de caminos e incluso cruces de caminos, siempre encuentras y reencuentras gente con la que descubres alguna conexión que hace que te acuerdes de ella para felicitar y desear una Feliz Navidad.

Y a pesar de lo que decía en el segundo párrafo sobre el futuro de la humanidad, necesito creer y reivindicar aspectos importantes de nuestra sociedad como es la ciencia. Necesito creer en esas personas generosas e inteligentes que estudian e investigan, en unas condiciones laborables difíciles e injustamente poco valoradas, para buscar antídotos que hagan frente a los malditos virus que hacen que todo, absolutamente todo, se paralice y, lo peor de todo, que matan millones de personas en todo el mundo antes de tiempo. Y quiero que llegue ese pinchazo que me inocule algo de confianza para no tener miedo a contagiar… Porque a mí, si me paro a pensar, lo que de verdad me aterroriza es llegar a contagiar… Por eso me contengo y no le doy ese abrazo a mi madre que tantas ganas tengo de darle y lo sustituyo por una mirada cargada de amor y gratitud, por esa fortaleza que nos demuestra día a día y por ser la madre más maravillosa del mundo.

Y si algo he de contagiar, que sea la alegría de sentirme viva (a pesar de achaques inoportunos), de tener ilusión por seguir caminando y encontrando gente a la que acompañar o de la que dejarme acompañar, de decir sí a planes imprevistos con un buen chocolate con churros por medio, de hablar sin descanso de la última serie que me ha entusiasmado, del último libro que me ha atrapado, de la ya adictiva columna quincenal de Lea o de la última canción que me ha hecho llorar y bailar a la par.

Así que, aunque nos dé cierto repelús al escucharlo y, aunque lo deseamos de corazón, nos lleguemos a sentir un poquito escarmentados… ¡Feliz 2021 y que pronto nos podamos dar todos esos besos y abrazos que tenemos pendientes!

Foto de Personas creado por kroshka__nastya – www.freepik.es

VACACIONES

Publicado en
VACACIONES

Hace unos días, más de una semana ya, que volví de ese viaje que dejaba intuir en mi anterior post. Aterrizaba de nuevo, ahora ya en casa, quizás un pelín menos pálida y bastante más relajada, a pesar del cansancio del viaje. Las vacaciones llegan cuando llegan. No todo el mundo puede disfrutarlas en verano y, en nuestro caso, este año así ha sido. Las hemos disfrutado pasadas las navidades y cuando el año siguiente ya llevaba unas semanas de andadura. Y si esto no era motivo suficiente, al descanso laboral hemos sumado una celebración pendiente, la de nuestra Reluna de Miel, colofón de aquella Reboda que sí celebramos en su momento, al comienzo del pasado verano.

No sé si en la mente de nuestros amigos, cuando decidieron regalarnos «una experiencia», estaba aquel post que escribí hace ya más de cinco años. Lo que sí puedo decir es que, en la nuestra, en nuestra mente, se convirtieron en la mismísima lámpara de Aladino y, lo que en abril era una idea descabellada, poco a poco fue tomando forma a lo largo de los meses.  Una buena amiga me dijo algo así como que los viajes se viven tres veces: cuando se planean, cuando se realizan y cuando se recuerdan…. Así que a ello vamos, a por la tercera fase, la de recordar.

La verdad es que nunca habíamos planeado viajar a California. Nos conformábamos con conocer aquella cultura a través del cine y poco más, pero resulta que al Sr. Sting se le ocurrió protagonizar su musical por aquellas tierras y dijimos ¿y por qué no?. Me gusta pensar que la cara de asombro, y también de alegría, de nuestra gente cuando les dijimos el destino de su regalo nos ha proporcionado algo así como una energía positiva para disfrutar este viaje en todos los sentidos y para que todo nos haya resultado perfecto. El vuelo bien: nuestras maletas siempre controladas, aduana sin problemas, horarios dentro de lo correcto… Alojamiento también bien,  un motel sencillo, limpio y de acuerdo a nuestras posibilidades económicas. ¿Y la gente? Bastante amable, también. Nuestro primer contacto, la persona con la que primero tuvimos que interactuar, fue el agente de aduanas, un señor yo diría de origen filipino que se esforzó en todo momento por hablar español y sonreir mucho. Yo me lo tomé como su manera particular de darnos la bienvenida a USA. Eso me lo apunté. Cuando vea que se complica la comunicación sonreiré mucho. Funcionó.

Las señoras asiáticas que regentaban el Donut King, madre e hija en mi cabeza, también sonreían mucho. A sus clientes siempre. Entre ellas había momentos en que se decían de todo, pero yo veía buen rollo entre ellas. Nunca olvidaré sus vocecillas cantarinas mientras repetían los pedidos. El Donut King lo descubrimos nuestra primera mañana en Santa Mónica, camino del Pier (el muelle desde el que vimos por primera vez el océano Pacífico) y a escasos diez minutos andando de nuestro motel. El Donut King estaba al lado de un Starbucks al que nos resistimos a entrar hasta el último día en el que, y por no hacerle un feo, ya que pasábamos todos los días por la puerta, surgió tomarnos el último café americano mientras hacíamos tiempo antes de devolver el coche a la casa de alquiler y abandonar el país a través de la puerta de embarque del aeropuerto. El Donut King era un local bastante particular. En principio parecía un local de take-away al que luego habían decidido añadir, para aliviar la espera de sus clientes mientras preparan los pedidos, una mesa y sillas que tenían por casa y otras que habían rescatado de la basura de la reforma de algún local cercano de comida rápida. Mucha gente entraba a por sus cajas de donuts, como si fuera una pastelería, pero unos carteles invitaban a degustar gran variedad de sándwiches a la plancha que estaban espectaculares. También me encapriché con esos zumos que han puesto de moda las celebrities y me quedaba fascinada mientras metían a la máquina zanahoria, apio, fresas, manzana o lo que les pidiese y luego sellaban con plástico el vaso para que resultase más fácil tomarlo por la calle. Allí aprendimos lo que luego vimos en el resto de cafeterías que conocimos, que el tema de la leche y el azúcar funciona en plan self-service. La verdad es que era difícil encontrar cafeterías donde te sirviesen el café en taza. Aún así, las encontramos. La mayoría utilizan los vasos de plástico o de cartón, opción muy poco sostenible con la que la vocecilla de Greta asomaba por mi oreja impidiéndome disfrutar uno de mis momentos preferidos del viaje: el momento desayuno en el Donut King. A lo largo de la semana tuvimos la oportunidad de desayunar con las risas de las adolescentes del Santa Mónica High School haciendo los deberes en el último momento y contándose sus cosas; con la charla de unas mujeres que bien podrían ser Salma y Pe, eso sí,  vestidas como si fueran a rodar con Almodóvar (cero glamour), hablando de sus países y contándose si volverían o no; con aquel tipo en skate y americana que me recordaba ligeramente a Billy Crystal; con el señor afroamericano que entraba y saludaba bromeando familiarmente con las dueñas como si fuera el mismísimo Will Smith… ¡Oh, yeah!

(To be continued)

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

 

 

ABRIL

Publicado en
ABRIL

¿Quién me ha robado el mes de abril? Como Sabina yo también me lo pregunto. Entre torrijas, incienso, tormentas y debates electorales nos hemos plantado en un final de mes que ha vuelto a vestir de verde los tilos desnudos del paseo Independencia.

Hoy me despierto con la alarma de JL y yo, que vuelvo a no tener la obligación de levantarme con la llamada de un reloj, me despachurro por toda la cama, incapaz de hacer que mi cuerpo se ponga en movimiento. Será la astenia primaveral, pienso mientras mi mente sí que toma esa iniciativa de ponerse en marcha un día más. Todavía en la cama comienzo a escribir este post mentalmente y rememoro todo el ruido de estos días, el de los tambores semanasanteros de mi ciudad y el de los debates electorales de la televisión, a pesar de que Rivera invite a escuchar el silencio para sacar luego de su chistera una tarjeta sanitaria única y rojigualda que va a curar, por arte de magia, todos los males de este bendito país.

Cuando por fin me levanto y enciendo la radio escucho que Casado va a celebrar su acto de fin de campaña en el Wizink Center y a mí el Wizink me suena a música francesa, más concretamente la de Zaz y ese concierto que disfrutamos casi en familia justo cuando comenzaba este mes de abril que se nos escapa de las manos. J no vino a Madrid, J se quedó en Zaragoza a estudiar y a experimentar con la repostería, el horno y la batidora. Este año nuestra semana santa y nuestro San Jorge lamineros han tenido sabor a hojaldres con nocilla y tartas de oreo y nuestro San Jorge librero sabor a Masa Madre, la de Iguazel Elhombre. Me sumerjo en su lectura y vuelvo a identificarme con aquella primera maternidad de hace casi veinte años, mismos sentimientos, mismas sensaciones, mismos deseos para el futuro… Qué bien lo cuenta Iguazel… Me paro en el capítulo del 6 de abril, el de Popi Estrellitas, en el que cuenta ese extraño sueño que le atormenta con tener que elegir solo cinco cosas que enseñar a su hija de seis meses. Comienza a enumerar todas aquellas cosas que necesita enseñarle y el agobio se transforma en angustia, hasta que descubre que no es necesario elegir porque con el paso del tiempo juntas irán aprendiendo… Busco el marcapáginas, aquel recuerdo de Florencia que me trajo L en el 2016 según reza en su dedicatoria, cierro el libro y los ojos y me hago consciente de otra realidad, la de que aquellos deseos de futuro ya han llegado porque L ya ha votado. Sus primeras elecciones. Su primer voto por correo. L vuela cada vez más tiempo sola y vuela cada vez más lejos, pero sonrío aliviada al ver que ese cordón que cortó Concha, la matrona, un día de otoño del siglo pasado, sigue existiendo, más fuerte y más poderoso que nunca.

Aquí os dejo una canción de la Zaz más intimista y que también disfrutamos la noche del Wizink.
Espero que os guste casi tanto como a mi.

UNA DE GANGSTERS

Publicado en
UNA DE GANGSTERS

Desde que leí hace tiempo esta columna de Reverte yo también «me pregunto cómo hacen los que no vieron cine ni leyeron libros para interpretar la vida». Por eso, cuando J me propuso que viera con él una serie en Netflix que no era precisamente la que yo hubiera elegido, no me pude escaquear. Hace tiempo que asumí que absolutamente nada de lo que «yo le recomiende» va a influir en su libre criterio de lo que quiere o no quiere ver (en todo caso, la moneda siempre caería en el lado del no), así que si «una amiga le recomienda algo», no voy a ser yo quien lo censure. Eso sí, ya que me invita, no voy a perder la oportunidad de carraspear llegado el caso y hacer notar de algún modo que tal o cual escena no es del todo un modelo a seguir en la vida… Lejos quedan los tiempos en que Peter Pan y su adorable tropa aparecían en la pantalla de mi tele un día sí y otro también. Demos paso a Tommy Shelby y sus Peaky Blinders.

Creo que me perdí los primeros capítulos pero su empeño por ponerme en antecedentes, con aquello de que la trama empezaba acabada la primera guerra mundial, con fechas y detalles que bien le pueden venir en futuros exámenes en el colegio, me reafirmó en mi buena disposición para empezar a verla con él. Vamos por la cuarta temporada. Uno de los puntos a favor, que las temporadas son cortas. No se andan por las ramas. Ni falta que hace. Una trama principal con todo el peso en el personaje de Tommy y las justas secundarias para enriquecer al resto de los personajes no necesitan más capítulos. Más puntos positivos: la música. La banda sonora acompaña de una manera absolutamente embriagadora. Un pequeño inciso por comparar. Hace poco empecé a ver algún capítulo de Las Chicas del Cable y de hecho ahí anda, en el limbo de las series sin acabar… Aunque también es verdad que para gustos colores. Sigamos: los comienzos de capítulo… enlazando con el final del anterior de una manera que te anuncia que algo gordo va a pasar a lo largo de éste. Así sí se engancha a la gente. Así sí. Los diálogos… aunque Tommy Shelby sea un hombre de largos silencios y pocas palabras. Los diálogos con los villanos de cada temporada me recuerdan tanto a las pelis de antes. Y luego están los personajes femeninos… Polly, Ada, las distintas amantes del protagonista… Merecerían otro post aparte. Me lo pensaré.

El punto negativo lo marcaría mi conciencia social de madre madrísima. He tragado mucha saliva viendo esta serie en el mismo sofá que ese larguirucho que hace nada era un bebé. Me temo que él también. Cuando era pequeño y en alguna escena había demasiados besos o le daba miedo, se echaba a correr por el pasillo o se tapaba la cara con la primera almohada que pillaba. Ahora, cuando los besos van siempre más allá, se pone a mirar el Instagram no se haya perdido algo interesante en los últimos veinte minutos… Me acuerdo de mi madre… Qué fácil lo tenía con aquello de ¡uy, mira, dos rombos, mayores de dieciocho años, ale, a la cama!… Y a la cama que me iba… Sacudiéndome esa pequeña losa de estar viendo algo políticamente incorrecto por lo que fácilmente pudieran quitarme la custodia (y no lo digo sólo por el sexo), comienzo a analizar la serie y descubro que no se aleja tanto de aquellas películas en blanco y negro que me cautivaron a su misma edad. Los de mi generación nos lamentamos que nuestros hijos apenas conocen el cine clásico. Realmente, tienen una oferta tan amplia que sólo algún que otro bicho raro buscará aquellas películas que veíamos nosotros en la tele. Con este pensamiento se me acaban los argumentos para censurarle la serie. Qué le voy a decir cuando yo misma crecí convencida de que hasta el mismísimo Bogart escondía un tierno corazoncito debajo de aquella gabardina.

Casablanca escena final

PAPARRUCHAS… O NO

Publicado en
PAPARRUCHAS… O NO

Volvemos a las andadas. Y no lo digo sólo porque vuelva a escribir por aquí, si no porque lo hago como muchas otras veces, en el último momento y sin casi llegar a tiempo para publicar el viernes por la tarde… En el fondo me da un poco risa esa clausula de mi propio contrato en la que me obligaba a publicar todos los viernes por la tarde, como una forma de fidelizar lectores o, simplemente, una forma de fidelizarme a mí misma… ¡Paparruchas! Nadie me ha reclamado nada en todo este tiempo y ni falta que me hace, la verdad. Eso me da total libertad para hacer lo que me dé la gana… A los que nos gusta escribir aprovechamos cualquier momento y cualquier motivo. Y si la idea no da para un post en condiciones para este humilde blog, pues se busca otro formato y santaspascuas.

La verdad es que, durante todo el verano, han rondado por mi cabeza montones de cosas sobre las qué escribir pero, por otro lado, me daba como un poco de pereza. No ya sólo el hecho de ponerme delante de la pantalla del ordenador que, sinceramente, con el calor que ha hecho, entiendo que se me fueran las ganas instantáneamente. Pereza por los temas… De verdad, ¿acaso no podemos hablar de otra cosa? Que si Blanca Suarez es o no es feminista, que si independentismo para arriba, independentismo para abajo, que si el caso de Juana… ¿Os ha pasado cómo a mí? Son tantas las cosas que cuentan, en televisión, en la prensa, en las redes…. que al final uno ya no sabe ni qué pensar… y todo el mundo opinando, a favor, en contra… Yo no hacía más que pensar en los pobres niños… Como en los niños de los atentados de Barcelona, pero también en los niños que puedan sufrir islamofobia ahora en el cole, al comienzo de curso… En los niños que siguen muriendo en Siria, Afganistán, Somalia, Nigeria, Egipto, Irak… o los que sobreviven y en qué condiciones, o los que consiguen salir del país pero luego se los traga el Mediterráneo… De verdad que me gustaría no seguir dándole vueltas a todos estos temas, porque me produce mucha rabia y mucha impotencia que sigan ocurriendo todas estas cosas, que sigan imperando en nuestra sociedad pensamientos y actos claramente machistas, que no haya respeto por otras tendencias sexuales, religiosas…  y que, al final, después de todo el ruido y bombardeo televisivo y de todos los medios, lo verdaderamente importante se acabe difuminando como los fuegos artificiales de las fiestas de los pueblos… Pero no lo puedo evitar. Al final me auto-convenzo de que es bueno sentirse agitado por todos estos temas, que eso demuestra que estoy viva y que, de alguna manera, tras mis reflexiones, mis actos cambiarán para mejorar, aunque sea en mi pequeño entorno, esa convivencia que a otros les resulta tan difícil ejercer.

Al final, mi resumen de verano podría ser que he leído mucho. Bueno, para mí nunca es mucho, pero sí bastante. Y que he sabido alternar historias y temas como para no aburrirme ni ponerme intensita con esas lecturas. Lecturas normalitas pero siempre buscando esa frase que me remueva, que me haga volar… y aterrizar en una vida que, irremediablemente, va cambiando a marchas forzadas.

A la vuelta del verano algunos me dicen que me ven más guapa… Sinceramente, apenas he tomado el sol y este año no he podido disfrutar de los innumerables beneficios del agua del mar así que, aún así me lo creo y… prefiero pensar que igual ha sido lo de leer. Puede ser. Hay quien dice que leer embellece… O eso o que alguien me mira con buenos ojos y eso, ya es un buen comienzo. A mi también me pasa. Os veo a todos mucho más guapos y guapas.

Aquí os dejo con otra mujer guapa o, al menos, a mi me lo pareció cuando la descubrí a principios de verano en el castillo de Ainsa… Lástima de lluvia que nos dejó con ganas de más.

OBRIGADO

Publicado en
OBRIGADO

Y mayo se me escapó, como se me escapa casi siempre el tiempo. Mayo es uno de mis meses preferidos y no sólo porque sea mi cumpleaños o el día de la madre, o porque celebremos los finales de curso con festivales, graduaciones y torneos diversos, o porque siempre haya algún acontecimiento familiar que sirva de excusa para reunir a la gente que queremos. También es el festival de Eurovisión. Cuando era pequeña, uno de los mejores momentos familiares que nos daba la televisión, además del programa especial con las campanadas de Fin de Año, el Un, Dos, Tres, responda otra vez de los viernes y las tardes de domingo con La Casa de la Pradera era aquel sábado de mayo en el que todos cruzábamos los dedos, nerviosos, delante de la tele, durante las míticas puntuaciones de Eurovisión. Lee el resto de esta entrada

CON H DE HIJOS Y HÉROES

Publicado en
CON H DE HIJOS Y HÉROES

Comemos en la cocina, como casi siempre. Ya no hace tanto frio fuera y la puerta de la terraza suelo tenerla abierta. De vez en cuando, entre mis quehaceres diarios, me gusta asomarme y perder mi mirada por el horizonte de esa ciudad que se desvanece hacia las afueras. Escuchamos la música del colegio que no vemos pero que sabemos que está. No hay nada como vivir cerca de un cole para comprobar que las hojas del calendario van cayendo. Hace unos días celebrábamos el día de la paz y ya estamos en carnavales. Comentamos, entre risas, los gustos eclécticos del  dj del cole. O tal vez no. Son músicas elegidas para ambientar los disfraces de cada curso. Los de sexto de primaria deben ir de romanos, egipcios o algo así. Lee el resto de esta entrada

LA VIDA ES UN VIAJE (O ESO DICEN)

Publicado en
LA VIDA ES UN VIAJE (O ESO DICEN)

Nunca he subido al castillo de Arnedo, sin embargo, me gusta cuando se perfila en el horizonte conforme nos vamos acercando por la carretera. Significa que hemos llegado a destino. Desde hace ya bastante tiempo, es un viaje que tenemos que hacer con una cierta frecuencia. Arnedo no es ni tan siquiera el pueblo de nadie… quiero decir, de nadie de mi familia. Simplemente es el lugar donde ahora vive una tía muy anciana y a la que, cada cierto tiempo, vamos a visitar. Cuando era pequeña y viajaba en coche me mareaba. Lee el resto de esta entrada

DE JUEGOS, LIBROS, PELIS Y PARQUES

Publicado en
DE JUEGOS, LIBROS, PELIS Y PARQUES

Siempre hay un momento en que los niños manifiestan sus sueños de mayores, sobre todo a través de los juegos. Maestras, peluqueros, médicos, astronautas, granjeros, bomberas, policías… Para eso las cajas de Playmobil son una auténtica maravilla y una fuente interminable donde la imaginación hace el resto. Luego, conforme van creciendo y ya no tienen tanto tiempo para jugar, cuando gracias a nuestras diversas y cambiantes leyes de educación (aquí viene cuando me entra la ira, pero como éste pretende ser un post amable, me voy a callar, me voy a callar…, me voy a callar), tienen que empezar a tomar decisiones y elegir asignaturas que, se supone, les ayudan a «enfocarse profesionalmente», comienzan las dudas y los quebraderos de cabeza. Lee el resto de esta entrada

GEOPOL 21 antig

Medio de análisis de la geopolítica global

Francisco Yagüe Ágreda

Un espacio para la reflexión y la opinión

Comentarios en: Sobre encargos y expectativas

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

MUJERES QUE HACEN LA HISTORIA - BREVES BIOGRAFIAS

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Sin salir de la comarca

Planes en la Comarca Central de Aragón

Carmelitas Descalzas de Cádiz

Monasterio del Santísimo Corpus Christi y San José de Cádiz

Pinceles de Papel

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Poemas del Alma

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Antonio Muñoz Molina

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

el mono espabilado

blog de pedro guerra

Notas desde algún lugar

Londres y más allá

Tócala otra vez, Sam

El blog de Chema González

El Blog de Pepa Torres Pérez

Reflexiones de una maña ligeramente afrancesada.

Cuento en educación y terapia con Claudine Bernardes

Aquí encontrarás cuentos, actividades e investigaciones que promueven la educación y la terapia por medio de la narrativa. Claudine Bernardes es escritora y especialista en cuentos terapéuticos. Docente de narrativa en terapia en la Clínica Escuela del Instituto IASE con sede en Valencia, España.