Me gusta guardar fotos de grupo. No sé, me hace sentir que pertenezco a algo, que en algún momento he formado parte de un curso, de una celebración familiar, de un evento deportivo, de una excursión… Siempre momentos felices, momentos con personas queridas, momentos importantes.
Guardo fotos en albumes, cajas, sobres, discos duros… Con las fotos me pasa como cuando buscas algo por toda la casa y te encuentras miles de cosas menos justamente lo que buscabas, pero al recuperar esos objetos que ni recordabas haberlos guardado, te acercan a algún momento, algún instante vivido que lo hizo merecedor de conservarlo aunque fuese en el fondo de aquel cajón. A veces también ocurre que la distancia del tiempo posiblemente te haga recapacitar y, según la importancia que le des a ese recuerdo en tu propio ranking de memoria, decidas volverlo a dejar en su sitio o directamente mandarlo a la basura. Sí, he llegado a ese momento de la vida en que, material y físicamente, es imposible guardar todo. Por mucho que nos duela, hay que desprenderse de ciertas cosas. Pero me da miedo, parece como que si guardas una prueba o una pista de aquello que fue, conseguirás recordarlo siempre.
Hace poco una amiga de la niñez, ahora en la distancia, me mandó por whatsapp una foto del recuerdo de mi boda, un cuenquito de cerámica con nuestros nombres y la fecha. A un taller de Fuentes de Ebro nos fuimos a encargarlos… no sé ni como llegamos allí… quizás alguna feria o alguien nos dijo, el caso es que allí nos los hicieron… nunca más hemos vuelto. Era una manera de decirme que, a pesar de que hace ya unos cuantos años que no nos vemos, seguimos acordándonos la una de la otra.
El otro día, cuando volvía con L del concierto de Dani Martín, me comentaba entusiasmada que iba a guardar la entrada para siempre. Un día de estos le enseñaré mi cajita con todas las entradas que guardo: Presuntos… Dire Straits… Labordeta, La Bullonera… Pablo Milanés, Silvio… Víctor Manuel, Ana Belén, Serrat, Miguel Ríos… Sting… Celtas, Ixo… Gloria Estefan, Bebo, Juanes… Amaral… las entradas de la Expo con los días marcados de Dulce Estrella, Diana, Juan Luis… Julieta y Juan Perro en Pirineos Sur… algunos musicales… los conciertos de Fin de Año que aquí los hacen para el día de Reyes… Las primeras, en la era A.I. (Ante Internet) eran super chulas, muy artísticas, con logos, serigrafías, fotos… y la tinta se mantiene intacta. Las últimas, P.I., las de cajero automático, son más sosas y la tinta se difumina poco a poco.
En estos últimos días, hablando con distintos amigos, un tema recurrente: La triste, pobre y lamentable programación musical de las próximas Fiestas del Pilar. Bueno, quizás los veinteañeros de ahora dentro de otros tantos años recuerden aquel concierto que dio Kiko Rivera & Company como lo más de lo más pero… permítanme que lo dude. Rebuscando en mi cajita de las entradas he vuelto la vista atrás… El último concierto que dio la banda DIRE STRAITS fue un 9 de OCTUBRE de 1992 en la Romareda de ZARAGOZA, y yo estuve allí.