Archivo de la categoría: Primavera

YO ME QUEDO EN CASA

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YO ME QUEDO EN CASA

Hace una semana, mientras caminaba hacia mi lugar de trabajo, recordaba algunas de las entradas de este blog. Los que os asomáis habitualmente por aquí sabéis que siempre acabo reflexionando en voz alta sobre lo que me gusta y lo que va ocurriendo en mi vida cotidiana. A veces también sueño despierta. Aquella mañana, mientras recorría una de las calles, escuchaba cantar a los pajarillos y me hacía consciente de que pronto la primavera volvería a nuestras vidas.  Esa sensación de calorcito mitigó levemente el miedo que comenzaba a impregnar el ambiente desde hacía días y que finalmente se confirmó con el estado de alarma decretado por el gobierno al día siguiente.

Poco a poco hemos aprendido a quedarnos en casa y a saludarnos desde el balcón con un beso lanzado al aire. Primero fueron las recomendaciones que se multiplicaron a través de los medios de comunicación y las redes sociales, por si la orden decretada por el gobierno no fuera suficiente. Luego ha sido otra multiplicación, la de los casos de coronavirus en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo entero, lo que finalmente ha acabado por convencernos de que no hay otra manera de acabar con el contagio. Pandemia mundial lo llaman. Suena muy fuerte, pandemia y mundial. Suena realmente serio. Da miedo buscar e interpretar la curva que el ministerio de sanidad actualiza cada día.

Hemos cambiado nuestras particulares rutinas diarias por otras. Se supone que ahora tenemos ese tiempo que muchas veces añoramos, el de hacer cosas que nunca nos da tiempo de hacer. Ordenar armarios, limpiar a fondo el hogar, cocinar bizcochos, jugar y ver pelis en familia… Estamos obligados a un parón forzoso al que la mayoría no estamos acostumbrados. Los que sí han tenido esa experiencia, mayormente por enfermedad o por ausencia de trabajo nos dan consejos: Mantén los horarios, la higiene y la actividad física… En definitiva, mantente ocupado.

La escritora Lea Vélez, escribía hace unos días,«en la crisis, dame algo que hacer». Y eso hemos hecho. Ante la carencia de mascarillas, las máquinas de coser de cientos de hogares se han puesto en marcha. No solo se multiplican los positivos en coronavirus, también las plataformas y acciones solidarias… cuidar a las niñas y niños cuyos progenitores no tienen la opción de teletrabajo, ayudar con las tareas que mandan desde el colegio cerrado, hacer la compra a las personas mayores, acompañarles al médico, llamarles por teléfono para hablar…

Hay quien dice que todo esto nos va a cambiar como sociedad. Incluso que nos va a mejorar. Puede ser. De momento los niveles de contaminación han bajado considerablemente, sobre todo en las grandes ciudades. Eso ya de por sí es un prueba de lo que muchos reclamamos hace ya tiempo, de la importancia de los cuidados entre las personas sin olvidarnos de cuidar nuestro planeta. Y de que sí se puede hacer algo. Yo estos días sigo comprando en la frutería de siempre, nada más bajar la cuesta de mi casa. En Héctor he encontrado un cómplice en esto del cuidado de las personas y del planeta. Abastece el barrio de productos de proximidad y está empeñado en que dejemos de utilizar bolsas de plástico, pero su manera de acostumbrarnos es de una sensatez exquisita. Nada de cambios drásticos. Poco a poco, para que nos vayamos contagiando unos a otros. Porque hay contagios que sí merecen la pena.

¿Y tú? ¿Qué vas a hacer cuando todo esto termine?

 

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Gracias infinitas a mis redes que me han proporcionado fotos de sus pequeños artistas. ¡Sois increíbles!

Y millones de gracias a Pinceles de Papel por regalarme un lettering muy especial con el que presentar este post.

 

 

 

 

 

 

PRIMAVERA

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PRIMAVERA

Acabo de estrenar nueva colonia. Huele a primavera, como la que acaba de comenzar. Hoy es el primer día que la llevo. Como estoy sola en casa, soy la única que lo puede apreciar, pero me estoy oliendo a mí misma y me encanto. Cuando paso por la habitación donde me la he echado compruebo que su aroma todavía permanece. Eso me ha hecho caer en la cuenta de que me gusta dejar algo de mí en los sitios, aunque sea una pequeña huella o pista, como en el escenario de un crimen.

Con los aromas corporales me pasa como con la voz. No estoy muy segura de que mi olfato o audición sea la misma a como los demás lo perciben. Porque a mí mi voz, la que yo me escucho, me mola mucho. Sin embargo, cuando oigo mis grabaciones de audio, no me reconozco. ¿Cuál es la real, la que yo me oigo a mí misma o la que escucho en la grabación? ¿Cuál es la que escuchan los demás? Porque si no estáis escuchando la que yo me oigo os estáis perdiendo una voz realmente maravillosa, llena de matices y supercálida. Perdonad mi narcisismo pero es que estos días necesito alguna palmadita en la espalda y como llevo toda la mañana sola, me la tengo que dar a mí misma.

Si algo bueno tiene cumplir años es que cada vez me importa menos lo que la gente piense o diga de mi. Como escribió Saramago, tengo la edad que quiero y siento. El año pasado cumplí cincuenta, según la partida de nacimiento, y no sé si como un acto de reivindicación de la redondez de la edad que iba a alcanzar o por puro hartazgo con los tintes de pelo, en mi visita primaveral a la peluquería decidí que no me teñía más el pelo. Así se lo comenté a mi peluquera que, como buena aliada, aceptó el reto, seguras las dos de que era una buena decisión. Sabíamos que el proceso iba a ser lento y que necesitaba una buena dosis de paciencia por mi parte para ir aceptando la imagen que el espejo me devolvía cada mañana y de confianza en su criterio profesional para que, en cada visita, con sus tijeras, despistara de alguna manera ese foco de atención que iba a ser llevar el pelo de varios colores sin que pareciese que era un síntoma de dejadez por mi parte. Me dijo que nos costaría un año. Ha sido un poco menos.

Creo que nos da miedo que el pelo blanco nos haga parecer más viejas, pero eso es sólo en un primer y superficial momento. Ayer me pasó una cosa muy curiosa. Estaba en la tienda de mi amiga R (tengo pendiente hablar por aquí del comercio de barrio y de la valentía de mi amiga) y la señora a la que estaba atendiendo se dirigió a mí diciendo, «porque esta señora que es más mayor que tu»… Entonces me miró a la cara y rectificó. «Ah, bueno, no», y siguió con su historia. Ella se había fijado que había alguien con pelo blanco y ya pensó en la edad pero le bastó fijar un poquito más la mirada en el conjunto de la persona para cambiar de opinión. En cualquier caso, y como ya he dicho, no es tan malo hacerse mayor y, desde luego, lo de las canas y raíces blancas en el pelo, sin duda, ha dejado de ser una preocupación para mi. 

¡Feliz primavera, amigas y amigos lectores!

Vector de fondo creado por freepik – www.freepik.es

OBRIGADO

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OBRIGADO

Y mayo se me escapó, como se me escapa casi siempre el tiempo. Mayo es uno de mis meses preferidos y no sólo porque sea mi cumpleaños o el día de la madre, o porque celebremos los finales de curso con festivales, graduaciones y torneos diversos, o porque siempre haya algún acontecimiento familiar que sirva de excusa para reunir a la gente que queremos. También es el festival de Eurovisión. Cuando era pequeña, uno de los mejores momentos familiares que nos daba la televisión, además del programa especial con las campanadas de Fin de Año, el Un, Dos, Tres, responda otra vez de los viernes y las tardes de domingo con La Casa de la Pradera era aquel sábado de mayo en el que todos cruzábamos los dedos, nerviosos, delante de la tele, durante las míticas puntuaciones de Eurovisión. Lee el resto de esta entrada

BENDITA ALERGIA QUE LLEGA CON LA PRIMAVERA

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BENDITA ALERGIA QUE LLEGA CON LA PRIMAVERA

Me gusta tanto la primavera que ni siquiera una molesta alergia ha podido con esas ganas por disfrutar de sus olores y colores. Hace unos días subimos a pasar el día a Jaca y nuestros queridos amigos nos regalaron un paseo hasta el Puente de San Miguel, bordeando la ciudad atestada de turistas y buscando el suave rumor del agua corriendo por el rio Aragón. La noche anterior me acosté con uno de esos nuevos síntomas en mi cuerpo, el picor de garganta, así que por la mañana me tomé una dosis del jarabe que nos quedaba del año pasado y que habían recetado a J que, curiosamente, este año no manifiesta ningún síntoma alérgico primaveral… (suficiente tenemos tiene con los brotes de adolescentitis que le atacan un día sí y otro también).  Lee el resto de esta entrada

MIS GAFAS DE SOL NUEVAS

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MIS GAFAS DE SOL NUEVAS

El día de mi cumple me regalaron unas gafas de sol que no pude estrenar hasta unos días después. No por nada es que, sin sol ¿para qué necesito unas gafas de sol?  La otra mañana por fin me las puse al salir de casa. Era un día todavía nuboso pero el sol mostraba interés por salir. Fue ponerme las gafas y como que los colores se intensificaron, como que ese sol tantos días esperado salió antes para mi… Y, de repente, una explosión de primavera estalló ante mis ojos. Lee el resto de esta entrada

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Cuento en educación y terapia con Claudine Bernardes

Aquí encontrarás cuentos, actividades e investigaciones que promueven la educación y la terapia por medio de la narrativa. Claudine Bernardes es escritora y especialista en cuentos terapéuticos. Docente de narrativa en terapia en la Clínica Escuela del Instituto IASE con sede en Valencia, España.