El día de mi cumple me regalaron unas gafas de sol que no pude estrenar hasta unos días después. No por nada es que, sin sol ¿para qué necesito unas gafas de sol? La otra mañana por fin me las puse al salir de casa. Era un día todavía nuboso pero el sol mostraba interés por salir. Fue ponerme las gafas y como que los colores se intensificaron, como que ese sol tantos días esperado salió antes para mi… Y, de repente, una explosión de primavera estalló ante mis ojos. Lee el resto de esta entrada